Soy bastante asiduo a las tiendas de libros de segunda mano. Lo soy principalmente por dos razones. La primera porque los libros son generalmente más baratos (razón poderosa donde las haya). La segunda porque me gusta mucho pasearme por las tiendas de libro viejo y revolver en esas polvorientas estanterías en las que te puedes encontrar de sopetón un antiguo manual de filatelia junto con una edición de La tía Tula de Unamuno de 1982. Fue justamente este último libro el que me compré hoy por el nada despreciable precio de 1 eurillo. Lo bonito de estos libros es imaginarse las manos por las que habrán pasado antes de llegar a las tuyas. Con un poco de suerte usted pude encontrar entre las páginas de un antiguo libro adquirido en uno de estos mercadillos del papel, un antiguo marcapáginas, una vieja foto de la mili de algún joven con un tímido bigotito o una carta escrita hace décadas. Yo no encontré nada de esto. Encontré algo mejor. En una de las últimas páginas del libro había una vieja pegatina en la que aparecía el gran MacGyver con una camisa blanca y mirando al infinito, con el nombre del héroe escrito en letras doradas y, como fondo de todo esto, un revolver con los colores peor conjuntados del mundo. Lo del revolver supongo que será irónico ya que, como todo el mundo sabe, el Sr. MacGyver nunca usaba un arma de fuego, se las arreglaba sólo con una navaja suiza. Poniéndome a pensar en el hallazgo, me embargó una repentina sensación de felicidad al sentirme poseedor de aquel tesoro. Cualquiera puede comprar este libro en una librería. Lo que no todo el mundo puede hacer es comprar esta pegatina, fechada probablemente a finales de los 80 o principios de los 90. Siguiendo con estas divagaciones, intenté adivinar cómo llegó a parar el adhesivo dentro del libro. Me imaginé a un colegial al que le mandaron leer a Unamuno en el cole. Podría se que, para amenizar la lectura, nuestro joven lector colocó esta pegatina a modo de adorno en una de las páginas. Con el paso del tiempo este libro llegó a mis manos y hoy la pegatina decora las mismas páginas del mismo libro. Quién le iba a decir a D. Miguel de Unamuno lo cerca que estaría del gran Angus MacGyver. Las vueltas que da la vida.
Para ilustrar esta historia adjunto la fotografía del adhesivo en cuestión entre las páginas del libro.
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